Mas que una duda...
Si me preguntás si siento o no, si lo que siento es lógico o no te contesto que no sé.
Te diría que en este caso ni el SI ni el NO serían correctos.
Si digo Sí, con absoluta convicción es porque no tengo el suficiente fundamento para tomar una decisión, pero quiero y me esfuerzo por sentirme segura.
Si digo Sí, me auto convenzo de lo que decidí y no dejo lugar para las dudas. Esas dudas que hacen que podamos conocer más acerca de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos: inyectándonos el alma de preguntas que nos intentamos contestar.
Si te digo que NO me cierro puertas. Ni siquiera me permito chusmear, probar.
No elijo sino que me exijo. No me arriesgo ante nada. Con el NO, anestesio mis sentidos para transitar un suelo firme, seguro, sin incógnitas ni riesgos.
Si te digo NOSE es porque no estoy segura, entonces a veces me dejo llevar por mis ideologías y el impulso de mis pasiones. Navego en una turbulencia, alerto mis sentidos.
De pronto despierto de la vorágine
me siento en riesgo y mi parte lógica surge, me paralizo por el miedo. El miedo como una expresión ante el fracaso. Me adelanto a los hechos y analizo la idea de un nuevo-viejo fracaso. Nuevo porque puede aproximarse, viejo porque se puede repetir.
Prefiero no caer en la afirmación ni en la negación absoluta. Prefiero indagar antes que anestesiarme o no dudar. Prefiero bucear en mis pensamientos sin miedo a mis impulsos, sin miedo a mis razones
Y así....encontrar con el tiempo, la respuesta justa a mis preguntas.