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Serendipity

Encuentros? o desencuentros?

Prefiero llamarlo encuentro, porque refiere a un momento. A esos instantes que muchas veces quisiéramos eternizar, pero a causa de esa maldita palabra llamada destino, (aunque hacemos lo posible por desviar), se interpone y los convierte en algunas pequeñas partículas que debemos guardar en el rincón de los recuerdos.
Mover el mundo, sacudirlo o recorrerlo, dá lo mismo, ya terminó.
Pero, mejor empecemos por el principio, lo que terminó: alguna vez empezó. Y de eso quiero hablar.
Conozco tres tipos de personas que pueden cruzarse en nuestros caminos.
El primero es el más cotidiano, transitamos por las calles y ahí están. Son esas personas que rozan tu vida sin dejarte nada, desapercibidas. No hay intercambio de ningún tipo, pero sirven para darse cuentan de que existen las que te regalan momentos irrepetibles que no pensás olvidar. Por más que nunca más puedas tener contacto con ellas sabés que existieron, sabés lo que pensaron y sabes también lo mucho que te dejaron: experiencias compartidas.
Entonces queda conocer el tercer tipo, aunque mucho más difícil de encontrar y es esa persona que detiene tu reloj por un ratito y te hace soñar. No importa de donde viene porque va a donde vos querés ir. Importa menos que hace, porque admiras la manera en que lo hace. Entonces, solo entonces imaginás ese momento en que te tome de la mano y te lleve a reír para siempre.
Hasta ahora, son solo pensamientos, ilusiones que remiten a ese “para siempre”, todos queremos eternizar nuestros momentos felices, pero a veces cuando confundimos el tercer tipo con el segundo tipo de personas, aparece la confusión y con ello el desamor.

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